miércoles, 10 de agosto de 2011

Primavera Adentro

-¿Qué le pasa a Alvaro?

-Está esperando...

-¿Esperando? ¿Qué cosa está esperando?

-Hace un tiempo que esta así, espera por el llamado que nunca va a recibir, por la explicación que jamás le van a dar y por las disculpas que de ningún modo le van a ofrecer. Pero yo creo que pronto se va a cansar…

Y casi como si Alvaro estuviera escuchando esa conversación se levanto de un salto, sin previo aviso, como quien de repente recuerda que tiene que hacer algo muy importante que había olvidado por completo, con su mano izquierda, desafiando la ley de la gravedad, evitó que la última de las lágrimas que rebalsaba de sus ojos cumpliera con su destino, mientras con la derecha agarraba su campera, esa gris que siempre llevaba consigo en estos días invernales y ajustándose la bufanda, que llevaba displicentemente colgada del cuello, lo vieron salir al crudo invierno con decisión, miró el cielo por escasos dos segundo y fue hacia la esquina con una determinación poco habitual en él y una sonrisa dibujada en el rostro. En la mesa del bar había dejado su celular, un paquete de cigarrillos y una taza de café sin terminar. Definitivamente se cansó de esperar lo que nunca iba suceder y decidió seguir con su vida…